Difusión cultural en redes sociales
Cuando hablamos de redes sociales, hablamos de una red de usuarios que comparte información personal entre amigos y familiares. A través de éstas redes las instituciones culturales pueden difundir actividades y crear comunidades.
Desarrollar una cultura digital es indispensable. Todas las personas que colaboren en los museos o centros culturales deben creer en las virtudes de las redes sociales. Son ellos quienes iniciarán la actividad en las redes propias. Es importante que todos sepan que la relación con el público ya no será unidireccional, sino que podrán compartir con la comunidad y guiarla.
Las cuentas del CCU Tlatelolco, por ejemplo, transmiten la cultura digital en su entorno. Su público, más que los alumnos de la UNAM, son los moradores de la unidad habitacional y sus alrededores. Hacerse sentir como un vecino que te invita a su casa ha sido la estrategia de este centro cultural universitario. Tlatelolco es un espacio históricamente significativo, que ha estado presente en la memoria desde tiempos prehispánicos. Es tarea del CCU difundir su historia por medio del arte. Proyectos digitales como #RostrosDeTlatelolco integran el espacio histórico con las personas que trabajan o viven ahí en la actualidad. Todo a través de las redes sociales.
Destinar un poco de presupuesto a publicidad en redes sociales es necesario. No incentivar el alcance de las publicaciones es un gran error. Facebook, Twitter e Instagram, por ser las más utilizadas son las principales en las que hay que invertir. Se cree que informar sobre eventos culturales no tiene costo, o al menos no debería tenerlo. Desde siempre se han tenido que imprimir volantes o carteles para difundir eventos. Pero a diferencia de aquellos métodos la publicidad en redes sociales es más barata y se tiene mejor relación con el target.
Para la difusión cultural tal vez resulte mejor gastar en obtener seguidores, más que en las publicaciones. Con suficientes seguidores, y si el contenido es cuidadosamente creado, se puede alcanzar viralidad orgánica.
El equipo que se encargue de las redes sociales además de conocer a fondo la oferta cultural, debe saber cómo dirigirse al público. Tener un estudiante que realiza su servicio social y no recibe capacitación para hacer el trabajo es un grave error. Las personas que dirigen la comunicación digital deben tener excelente ortografía, saber cómo contestar a las preguntas que surgen. El o la community manager es el contacto con el mundo, tenemos que elegir con precaución quién será nuestro embajador en las redes sociales.
La difusión cultural, aunque podríamos decir que “no vende nada”, tiene como finalidad atraer visitantes a sus diversas exhibiciones artísticas o científicas. Las estrategias publicitarias deben hacerse como cualquier otra. El trabajo en redes sociales no está separado de otras acciones publicitarias en medios impresos u otros lugares de Internet. Las redes sociales sirven para integrar los esfuerzos en torno a la difusión de la cultura.
Hay buenos ejemplos de éxito en las instituciones culturales. La Cineteca Nacional ha trabajado su difusión digital desde hace ya algunos años, y ha rendido frutos. Tienen 934,785 fans en Facebook. Cultura UNAM ya rebasó el millón de fans en Facebook y supera el medio millón en Twitter. No sólo el número de seguidores es importante, creo que son cuentas culturales que han logrado conocer a su público y le dan contenido valioso.
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Omar Márquez
omarquez@marketingcapacitacion.com