El derecho a la desconexión
Ocho horas presenciales por día es todavía el sistema de la mayoría de las empresas, pero el trabajo que se realiza fuera de la oficina incrementa con el uso de las mensajerías. Hoy, después de la jornada reglamentaria, sigues atendiendo el trabajo en las noches, los fines de semana y durante las vacaciones.
En Francia, un empleado tiene derecho de no atender cuestiones de trabajo fuera de sus horas de oficina. Puede rechazar una conversación por mensajería y es prohibido que el empleador lo sancione por eso. El objetivo es reducir el estrés laboral que ya afecta a 12% de la población activa y que se conoce como “síndrome de burnout”, aún no reconocido como enfermedad.
En España, una vez terminado el horario de trabajo, no hay obligación ni de seguir en el puesto ni de contestar correos electrónicos, pero en la práctica, los trabajadores están muy presionados. Además, si lo aceptaran, ¿cómo contabilizarían las horas extra?
El derecho a la desconexión se propone luchar contra la conexión las 24 horas y siete días a la semana, con el objetivo de asegurar el equilibro entre la vida profesional y la vida personal y familiar. La sobreexplotación de la jornada laboral no sólo afecta a los empleados, también a los empresarios o managers que envían mensajes a cualquier hora y no tienen contemplado ese punto.
Por ahora, es poco probable que se resuelva el problema. Atender a todas horas ya es una normalidad en las empresas porque así aumenta la productividad, pero ¿a qué precio? Para solucionar este problema, es necesario tomar una decisión entre empleador y empleado en busca de un acuerdo que beneficie a ambas partes.
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Jean-Luc Lenoble
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