Internet de las cosas
A primera vista el nombre de este concepto no dice mucho. Internet of things es probablemente la siguiente tendencia revolucionaria que cambiaría nuestra forma de relacionarnos con el entorno. El término se refiere a la capacidad que podrían tener los objetos para conectarse con las personas y otros dispositivos a través de internet.
Parece salido de una historia de ciencia ficción, pero en un futuro no muy lejano nuestras cosas cotidianas podrán comunicarse con nosotros. Imagina que cualquier producto que adquieras venga equipado con un minúsculo dispositivo de identificación. Podría ser desde una lata de comida, hasta tus zapatos, tu auto o los libros.
No digo que podremos conversar con el refri, pero sí obtendríamos información sobre su funcionamiento e incluso controlarlo desde algún dispositivo móvil. Se estima que para el año 2015 habrá 25 mil millones de dispositivos conectados, cuestión que amplía el panorama para el Internet of things.
Es decir que en poco tiempo no sólo las personas estaremos conectadas por medio de internet, sino que los objetos también lo estarán. Así podrán brindarnos información como su ubicación y su estado. Sabrías cuándo reemplazar o reparar algo; saber dónde está si se perdió o te lo robaron. Se plantea que las cosas recojan y generen datos sin ayuda humana, para que las personas tengamos tiempo de monitorizar, contar y localizar todo a nuestro alrededor.
Uno de los principales problemas que presenta esta innovación es la enorme cantidad de aplicaciones disponibles que existirían para conectarnos con las cosas. Sin embargo existen empresas como AT&T, Realtek y Muzzley que trabajan en el desarrollo de apps que funcionan como el centro de operaciones. O sea que desde una sola aplicación podamos controlar la mayor cantidad de objetos posibles.
El abanico de posibilidades frente a esta nueva forma de conectividad es casi infinito. Todavía faltan algunos años para ver el internet en más cosas, pero actualmente ya existen proyectos de estas características. Uno de ellos es Mimo, una playera para bebés que indica a los padres la posición del niño, información sobre su respiración, temperatura y actividad directamente en sus smartphones.
En Postscapes tienen otros buenos ejemplos de cosas para el hogar que se conectan a los dispositivos móviles. Aparatos que sirven para ahorrar energía eléctrica o para controlar la intensidad de la luz. Pero el internet de las cosas también podría estar en las calles. Tal es el caso del bote de basura inteligente de Big Belly.
Recuerdo aquella parodia que hacen en “Los Simpson” a “2001: Odisea del espacio”. Estamos muy cerca de controlar nuestras casas por medio de los dispositivos conectados. Imagínate que desde tu iPad llenaras la tina de agua caliente mientras estás en cama. Podremos controlar la intensidad del aire acondicionado desde el celular. Nunca más se te pasaría el cambio de aceite de tu coche, incluso el mismo automóvil podría mandar al mecánico a tu casa.
Así es, ya no sólo los teléfonos y las televisiones serán “inteligentes”, sino que otros objetos también tendrán la capacidad de “aprender” de otros dispositivos y de los hábitos de sus usuarios.
¿Alguno de ustedes habría imaginado este tipo de conectividad con las cosas?
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Omar Márquez
omarquez@marketingcapacitacion.com