¿Los jóvenes son realmente ecologistas?
Los jóvenes son altamente sensibilizados por los temas medioambientales, pero no necesariamente conocen bien el tema, aun cuando internet ofrece mucha información que pueden consultar.
La mayoría de los jóvenes de 18 a 24 años, la generación Z, limitan sus esfuerzos en materia de consumo responsable. Muy pocos hablan de la separación de la basura o de participar en asociaciones ambientales. Actuar en favor del medio ambiente, para ellos es sobre todo una cuestión de dinero. Citan su nivel de ingresos como el principal obstáculo para la acción medioambiental.
¿Cómo ayudar a los pandas, osos polares y orangutanes, a ballenas, focas, pingüinos? La posibilidad de una intervención directa está fuera de su alcance, consideran los jóvenes, de modo que confían esa labor a asociaciones y ONGs especializadas en el tema.
Los jóvenes no se sienten parte del sistema. Es como si no tuvieran control sobre el mundo. Se ven a sí mismos como seres pasivos, tratando de abrirse camino “a pesar de todo”. Algunos incluso se consideran víctimas de una omnipresente presión de las marcas.
Consideradas como símbolos de la sociedad de consumo y, por tanto, responsables de los impactos negativos de la actividad humana en el planeta, es evidente que se espera que las marcas se hagan cargo de estos temas. La negación consciente por parte de los jóvenes de su responsabilidad y de su capacidad para actuar individualmente acentúa sus expectativas de acción correctiva por parte de las marcas.
Las marcas se perciben como los únicos actores suficientemente “poderosos” para actuar con un impacto real frente a los estados, los políticos y otras comunidades consideradas indefensas o simplemente desconectadas de la realidad.
Pero hay desconfianza y los jóvenes dudan de la realidad de las acciones que hay detrás de los compromisos de las marcas. Parecen demasiados globales, y no abordan suficientemente los temas que constituyen su imaginario medioambiental.
Los jóvenes quieren creer en este futuro positivo, especialmente en estos tiempos oscurecidos por la pandemia. Esta esperanza confiada en el genio científico y tecnológico para salvar el planeta revela su falta de cuestionamiento del modelo económico actual.
Sus mayores tienen una visión completamente diferente de la situación: para ellos, el modelo es poco o nada compatible con la cuestión del clima. Esperan que las marcas encarnen más el deseo de cambiar el sistema, hasta el punto de convertirse en actores más “políticos”.
Información tomada del estudio realizado por el Institut de Recherche Les Humains.
Jean-Luc Lenoble
https://www.linkedin.com/in/jeanluclenoble
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