No vendas, mejor cuenta historias
La cuestión es muchas veces la misma, se abren canales de comunicación en redes como Facebook y Twitter, y se espera que las personas den millones de likes a productos sólo porque sí. Algunos, inspirados en marcas como Lego o Apple, sueñan con un gran éxito en redes sociales; otros contratan los servicios de alguna agencia creyendo que con su ayuda venderán más y de manera inmediata, pero ¿es esta posición una forma correcta de ver las cosas? Te cuento a continuación.
En las redes sociales, las personas no van a comprar productos. En realidad, en cada red las personas buscan cosas distintas, por ejemplo en Facebook, van a ver cómo se encuentran sus amigos y además están ahí para entretenerse; en Twitter, buscan noticias, opiniones de gente influyente y también verter sus pensamientos de manera breve, y en Instagram, ven cosas estéticas, buenos momentos y algunas cuestiones disparatadas. Pero si miramos con atención, en ninguna de estas redes las personas quieren comprar cosas; si están interesadas en esta actividad, buscarán redes como MercadoLibre, Privalia o Amazon.
Entonces viene la cuestión, ¿vale realmente la pena tener un equipo que lleve las redes sociales de mi organización? La respuesta es un rotundo sí, tener una buena imagen y, por ende, una buena comunicación digital es una de las mejores inversiones que podemos hacer; sin embargo, hay que cambiar los paradigmas para no llevarnos ningún chasco en el camino.
¿Qué objetivos tenemos que buscar entonces? Muy sencillo, si las personas quieren ver historias, contemos historias, pero no cualquiera, más bien relatos en los que tu producto o servicio esté implícito y ayude a las personas a cumplir alguno de sus objetivos.
Es recomendable que esas historias estén escritas en un formato similar al que acostumbras usar con tus amigos; es decir, si los amigos suelen escribir más que grabar videos, una historia a base de escritura puede funcionar, y si son más visuales, álbumes de fotografías o videos pueden llamarles la atención. El punto es que todo el tiempo estamos buscando historias, ya sean breves como un tuit o largas como una película, pero todo el tiempo estamos en busca de ellas.
La razón de esto es porque todo el tiempo queremos aprender de nuestro entorno y las historias nos ayudan en ello. Conocerlas es un mecanismo de supervivencia, entre más historias conozca más oportunidades de sobrevivir tengo. Pero, cuidado, el cerebro detecta perfectamente aquellas historias que no cuadran con la realidad, por lo que es importante ser siempre realistas con lo que ofrecemos, y no parecer infomerciales de televisión. El descrédito ante ese tipo de cuestiones es más que patente, ¿no lo crees?
Cuenta historias según la red en la que te encuentres, te aseguro que tendrás mucho más resultados que sencillamente publicar tu oferta. Sólo excepcionalmente, cuando se trate de algún producto que la gente esté deseando con locura, puedes obtener resultados de otra manera. Más bien estamos imitando a los vendedores puerta a puerta, interrumpimos la experiencia de los usuarios mientras utilizan las redes sociales.
En una clase que di sobre redes sociales decidí que no recurriría ni a una sola anécdota, no te imaginas lo complicado que fue conectar con las personas. Lo mismo pasa cuando no cuentas historias en tus redes, es muy complicado conectar.
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Carlos Arteaga
carlosarteaga@marketingcapacitacion.com