Para tener un sólido equipo de redacción en tu empresa
Libros, revistas, periódicos, publicidad, necesariamente pasan por un proceso de corrección y cuidado editorial. La palabra impresa así lo exige, porque una publicación es un documento a la vista de todos, susceptible de cualquier revisión o crítica. Y el contenido destinado a la web, ese mundo paralelo e inmaterial que hemos creado, no es la excepción.
Hoy, tanto las empresas consolidadas como las que buscan abrirse camino en el mercado digital ponen mucho empeño para atraer a seguidores y clientes potenciales. El contenido que ofrecen es clave para destacar en el mar de información que nos rodea.
¿Qué es un contenido de calidad y quién se encarga de que lo sea?
Diversificada en la producción de videos, imágenes y textos, la creación del contenido digital es una tarea compleja. Implica costos para ganar visibilidad en la red e inversión en equipos de trabajo. De su organización, generalmente se encarga el Content Manager, una función parecida a la del editor de una revista.
Entre sus tareas está, en primer lugar, diseñar un plan de comunicación y una estrategia global de contenidos acordes con los objetivos de la empresa y las necesidades de la audiencia. Asimismo, generar los diferentes formatos de contenido (páginas web, blogs, posts, boletines, correos, anuncios, stories) para los diversos canales digitales (Facebook, Twitter, Instagram, LinkedIn, entre otros). Además, y no menos importante, coordinar los equipos de redacción, de SEO y el visual, revisar el contenido creado (calidad, originalidad, objetivos, efectividad), y trabajar conjuntamente con el equipo de marketing.
Como puedes ver, sus funciones y responsabilidades son muchas. De ahí la importancia de contar con equipos de trabajo especializados, estructurados de tal manera que siempre haya una persona que supervise el trabajo de los creativos, antes de presentarlo al Content Manager, quien autorizará su publicación.
La revisión de textos
Dentro de un equipo de redacción, en particular, la revisión de lo escrito debe ser un hábito. No basta con la depuración hecha por los propios redactores al crear sus textos, se necesita otro par de ojos (y nunca son suficientes), para detectar las cosas que eventualmente se le escapan al autor.
Una persona que estará atenta a los errores ortográficos y dedazos, al lenguaje y problemas de sintaxis; a las repeticiones, incoherencias, contradicciones, muletillas, vacíos e inconexiones; a las palabras clave y enunciados gancho; al cumplimiento del objetivo de cada texto, a su pertinencia y concordancia con los objetivos de la empresa; es decir, una persona con mirada de corrector y visión de editor.
Con un Content Manager y un editor que forme parte del equipo de redacción, el contenido digital de cualquier empresa mejorará cualitativamente.
El poder de la palabra
Podría argumentarse que el ritmo con que se publica en las redes sociales no permite dedicar tiempo al cuidado editorial, o que faltan recursos para formar equipos de redacción tan especializados, o incluso decir que los usuarios se fijan poco en la calidad de un texto, que lo importante son las imágenes y videos, contenidos visualmente atractivos.
En parte es cierto, pero también es cierto que nada suple a la palabra escrita, al ser la vía para conectar con los lectores de una manera más profunda y duradera.
Y si bien no escapa a lo efímero, pues se consume al día o se deja pasar, un texto, o su autor, aspira a tener cierta permanencia en la memoria del público. Por un lado, porque informa y lo hace con estilo; por otro, porque crea vínculos y abre espacios para el diálogo, para preguntar, responder y reflexionar.
Cuando de comunicación digital se trata, todas las medidas para su perfeccionamiento vienen al caso. Formar y capacitar periódicamente al equipo creativo es necesario, pues hay mucha competencia para hacerse de un lugar en el mercado digital.
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Gordana Segota